Carta Mensual - Distrito 4250 - Septiembre 2018

 

Cada vez que visitamos una escuela en nuestro distrito y nos encontramos con esas caritas inocentes, coquetas y sonrientes, las fibras más profundas de nuestra alma son estimuladas por diferentes sentimientos. Si algo es capaz de inspirar a un rotario es la imagen de un niño sonriendo, o un niño llorando o en desgracia. Su espíritu inocente manifiesta el reflejo de la realidad en la que está creciendo, así también sus actos son resultantes de la educación que recibe especialmente en su hogar, y lo poco que puede aprender en su ambiente escolar; y sin importar si esos valores aprendidos sean buenos o malos, sigue siendo inocente su proceder.

Ena y yo hemos tenido el privilegio de ser testigos del trabajo que rotarios de nuestro distrito 4250 hacen en diferentes escuelas en Belice, Guatemala y Honduras. Hoy en día, nuestra responsabilidad para forjar un futuro mejor para esa niñez es clara, y al ser parte de un programa piloto de Agua Saneamiento e Higiene en las Escuelas (WinS) hemos tomado conciencia de las necesidades de muchas escuelas y se han puesto en marcha proyectos muy importantes.

Nuestros clubes están trabajando en lugares en donde muchos ciudadanos ni siquiera en pensamientos podrían visitar por miedo a las maras. Realmente es admirable esa vocación de servicio que impulsa a nuestros compañeros a internarse en zonas en donde las condiciones económicas que sufre nuestra población han generado el surgimiento de la maldad que altera los valores humanos y morales; sitios en donde el tráfico de drogas se convierte en la única alternativa para subsistir. Estos rotarios, junto a héroes anónimos que trabajan por la niñez, maestros y algunos padres de familia, están haciendo eco de la visión de Rotary: “Juntos construimos un mundo donde las personas se unen y toman acción para generar un cambio perdurable en nosotros mismos, en nuestras comunidades y en el mundo entero”

En nuestro distrito 4250, donde los rotarios, actuando como buenos amigos sin fronteras, trabajan en pro de la educación y el alfabetismo, sabemos perfectamente como inspirarnos: basta con mirar esos ojitos brillantes, esa sonrisa que refleja la inocencia y pureza del alma, ese “Buenos días” al unísono cuando entramos a visitar un aula; pero, también encontramos la inspiración cuando vemos a esos mismos niños tomando agua café claro tomada de una fuente contaminada, o de un tanque en donde recién sacaron una rata muerta. Nos inspiramos cuando vemos con que alegría reciben sus clases en un aula construida con reglas de madera forrada con plástico y con un paupérrimo techo de laminas de zinc por las cuales el agua lluvia busca su entrada a través de las goteras.

Que esta inspiración nos permita realizar extraordinarios proyectos por todo nuestro distrito, para asegurar hoy nuestro mayor tesoro y futuro, que son nuestros niños.

 

Un abrazo para todos,

 

 

Sé la inspiración.